lunes, 31 de octubre de 2011

Para disfrutar...

 Una vez un alumno me dijo ¿cómo esto es literatura con tantas malas palabras?  (Recuerdo que estábamos leyendo un fragmento de "Los Pichiciegos"de Rodolfo Fogwill). Lo que no sospechan mis queridos alumnos es que detrás de sus ingenuas preguntas, se debate todo un enjambre de teoría literaria apasionante. Cuántas veces hemos asociado la Literatura con la representación de lo bello, tal vez muy influidos por la impronta del Romanticismo. Sin embargo, bien sabemos que si algo tiene de maravilloso la literatura del siglo XX (aunque no decimos que antes no haya habido algo así aunque en menor grado) es la libertad para romper toda aquella representación de la literatura como sinónimo de belleza, y animarse a "literaturizar" lo vulgar, lo grotesco o por qué no lo obsceno.
Esto me parece un hallazgo por demás meritorio del juego del arte a favor de la originalidad. Y pensando en ello, me vino a la mente este cuento extraordinario de un escritor de San Pedro, Abelardo Castillo, que es uno de mis favoritos. El cuento se llama  El marica. Imperdible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

13... si te rompo el culo: qué te parece? El arte de siglo veinte tuvo una misión: destruir el Arte. Gabriel García Marquez cuestiona la ortografía, Fontanarrosa se burló de los comentarios y pensamientos sobre las buenas y malas palabras.
Es realmente un gran disparador y las respuestas y posturas son infinitas.
Me parece que es interesante ( y discúlpeme el que no comparte mi opinión ) rescatar y valorizar el contenido de las obras.
Porque es importante el "Cómo", pero creo que mucho más es el "Qué".
Me despido con cariño de este hermosísimo Blog.
P.D: Recordemos a la Real Academia horrorizada por el Gauchesco y luego por el Lunfardo...
Vale la pena renegar del Martín Fierro por quedar bien con la Academia?
Por eso, para reflexionar un poco me despido con una gran frase: "con el perdón de las damas presentes: que la sigan chupando".
Die Dixit. Defiendo la literatura argentina porque es nuestra voz la que se expresa, aunque Borges no haya sabido Latín, ni Roberto Arlt escribir sin faltas de ortografía.
P.D.2: Es cierto que Fogwill era el delincuente que escribía los horóscopos del chicle bazooka? Disculpen mi ingnorancia...

Portela.-