lunes, 14 de noviembre de 2011

Cómo contar la historia

Cuando hablamos de un cuento, pensamos en una historia para contar. ¿Y a quién no le vienen a la mente los cuentos infantiles como "Caperucita roja" o "El patito feo" que resonaron en su niñez? Ligada a ese recuerdo está la estructura narrativa que esos cuentos suponen: el principio, el nudo o conflicto y el desenlace (1). Esto es, una forma de contar que responde a un orden cronológico.
Sin embargo, sabemos que hay historias que "piden" modificar esa estructura y alterar -intencionalmente-  aquel familiar orden temporal.
Así, se puede comenzar por el conflicto mismo como en el cuento "A la deriva" de Horacio Quiroga. O bien, por qué no, comenzar por la resolución para desovillar luego las acciones, como el maravilloso cuento "El candelabro de plata" de Abelardo Castillo.
Además, podemos animarnos a contar dos historias paralelas con un final que apunte a la no resolución, como sucede en el famoso cuento de Córtazar, "Continuidad de los parques". Y hay tantas formas posibles como maneras de narrar.

1) Se puede ampliar brevemente el tema en estructura narrativa

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